De Laura Gabriela Rodríguez Cortez
Las arecáceas o palmeras son un
grupo de especies de gran importancia económica, tan grande que incluso
en algunos países, buena parte de la economía está basada en estas
plantas, especialmente el cocotero. En Cuba la palma real (Roystonea regia (Kunth) O.F. Cook) es considerada el árbol nacional.
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Cocos immaduros en la costa de Campeche. Foto de H. Vibrans. |
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Las
palmas son un grupo de monocotiledóneas. Su ambiente más favorable y
donde se encuentran ampliamente distribuidas es en regiones tropicales y
subtropicales.
Entre
las características más importantes destaca la ausencia de crecimiento
secundario, es decir, no crecen en diámetro al madurar y no forman
madera propiamente dicho. Lo que conocemos como tronco son las bases
fibrosas de las hojas. Por dicha razón su diámetro es constante y no
tiene ramificaciones.
Particularmente, hablaremos de la palma de coco o cocotero (Cocos nucifera
L.), una de las plantas más importantes del trópico y que además tiene
diferentes usos además del comestible. Se aprovecha prácticamente toda
la planta.
Sus
hojas son utilizadas para el confeccionamiento de artesanías o
artículos de uso común, como sombreros, bolsas, etc. También se emplean
junto con los “troncos” para la construcción de casas en las zonas
donde son abundantes.
Por su belleza, estas plantas son utilizadas como ornamentales en patios
de casa, jardines, plazas y vías públicas.
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Palmas con daño ocasionado por la presencia del
ácaro Raoiella indica, ubicadas en
vías públicas de Cancún, Quintana Roo
Fotografía José Ramírez
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Sin embargo el
producto más importante a nivel mundial es la copra (carne seca del
fruto), de la cual se extrae el aceite de coco, útil para la elaboración
de jabones, margarinas, manteca vegetal, perfumes, detergentes, como
componente de cosméticos, medicamentos y pinturas.
Además
se obtienen una gran diversidad de productos secundarios como el agua
de coco, carbón de coco, vino de coco, el coco rallado, fibra para
elaboración de cuerdas y tapetes; además la “cáscara del coco” es útil
para la elaboración de diversos utensilios como ceniceros, tazones,
cucharas, jícaras y floreros, por mencionar algunos.
En
México, tenemos plantaciones muy importantes de estas plantas
principalmente en la parte suroeste de la república. Al entrever la
posibilidad de que sean afectadas por las diferentes causas naturales o
inducidas, prenden las alarmas para evitar estos eventos.
En
el año 2009, en la península de Yucatán, exactamente en la ciudad de
Cancún, Quintana Roo, y su isla vecina Isla Mujeres, se reporta la
presencia de un ácaro que responde al nombre de Raoiella indica
Hirst y cuya importancia radica en la capacidad de crear grandes
colonias por su naturaleza partenogénica (no requiere fertilización),
además de una reproducción sexual. Tiene como huésped potencial a la
palma de coco de la que se alimenta hasta que finalmente la mata.
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Foto de Raoiella
indica Hirst. Tomada con la técnica
de microscopia de barrido.
Fotografía José Ramírez
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Los
síntomas que presentan las palmas plagadas son el cambio de coloración
en las hojas, las cuales pasan del color verde intenso a un color
café-cobre, hasta que se secan y caen.
Los síntomas comienzan como pequeñas manchas amarillas en el envés de
las hojas, dónde los ácaros establecen sus colonias, tornándose después
en manchas cloróticas más grandes.
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Hojas de Cocos
nucifera L infestadas por Raoiella indica Hirst.
Fotografía José Ramírez |
Por tal
razón diversos grupos de investigadores ya han comenzado a trabajar para
conocer aspectos de esta plaga. Los intereses van desde la biología del
organismo hasta el conocimiento de su nicho, pasando por sus
asociaciones y el reconocimiento de los enemigos naturales que pudieran
retrasar y contener a la plaga en su dispersión, minimizando los daños.
De llegar a los puntos en donde se encuentran las grandes plantaciones,
el impacto económico a las familias que dependen de estos cultivos se
proyecta muy importante, como ha ocurrido en países como Cuba, y el
sitio mismo de su origen, la India.
El organismo federal responsable, el “Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria” (
SENASICA),
ha iniciado acciones paralelas a la labor de estos investigadores.
Consisten en la determinación cuarentenaria de la plaga así como
acciones encaminadas al reconocimiento de la especie y sus daños por
parte de la población, así como labores de control químico.
Desafortunadamente, el control químico hasta el momento ha demostrado
poca efectividad, por la envergadura de las plantas que hacen difícil el
acceso a las aplicaciones de agroquímicos.
Solo
queda esperar que el programa cumpla con las expectativas para el
control de la plaga, en el contexto de una estrategia de manejo
integrado.
Literatura consultada