Un viernes por la tarde, no cualquier viernes, el primer viernes del mes de marzo. Deben ser siempre en números impares: uno, tres, cinco y así. Después partir las bolas en forma de cruz. Para esto ya está lista una robusta botella con aguardiente, aguardiente del bueno, de ese que se hace con jugo, que huele y que sabe a caña. Allí metes las bolas partidas, lo cierras y a esperar. Esperar que el aguardiente se torne oscuro, que los frutos secos del crucetillo suelten su sustancia. Deberán pasar meses y en algunos casos años. Y si no te gusta el aguardiente que sea en vino jerez.
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Preparado de crucetillo |
Así sucede en muchas casas de las zonas cálidas del centro de Veracruz. “Nunca se sale al campo sin crucetillo”, dice Don Jesús Cortés mientras nos acompaña en una de las tantas recolectas botánicas por la selva baja de
Apazapan en Veracruz. Así lo dicen muchas personas de las comunidades rurales de la zona. Entre los neófitos botánicos y su mentor rápido desaparece la caliente y espirituosa bebida. “Más allá les enseño la mata” continúa Don Chucho.
Pero ¿qué son esos frutos secos, oscuros y globosos que sirven para aliviar de todo o casi todo? Su fama es conocida: si acaso algún campirano tuviera la desgracia de ser mordido por alguna serpiente venenosa, lo primero que haría después escupir algunas maldiciones y unos cuantos padresnuestros es meter la mano en el morral para sacar la providencial botella con crucetillo y acto seguido darle unos buenos tragos para “aguantar” hasta que alguien lo lleve al hospital más cercano, si es que hay alguno. Si no se ha de beber el oscuro preparado casi seguro es que hasta ahí se pintó la raya.
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Oferta de crucetillo en un mercado de Cardel, Ver. |
Pero no solo es efectivo contra el veneno de serpientes. Lo mismo sucede para cualquier cosa que tenga seis u ocho patas. Arañas y abejas por igual. Gripes y garrasperas, dolores múltiples y desamores. Y cada día la fama de este brebaje se extiende más, al grado que se ha creado un mercado en torno a esta peculiar planta. Se pueden encontrar bolsas con los frutos secos o de vez en cuando frescos, de a 30 y de a 20. O si no, la pócima lista para beber con destilado de caña o jerez.
Entonces recordamos que somos botánicos o al menos lo intentamos. ¿En dónde se acomoda el susodicho vegetal? Pues resulta que pertenece a la familia de las rubiáceas, en donde se encuentra el café. Pero esta milagrosa especie dista mucho de su africano pariente. Se trata del género
Randia, descrito nada más y nada menos que por el señor Carlos Lineo por allá de 1753.
Son matorrales que gustan de extender sus ramas como bejucos, con fuertes espinas terminales, con las ramillas comúnmente en forma de cruz, de ahí su nombre vernáculo. Tienen flores pequeñas, blanco amarillentas y con una dulce y ligera fragancia. Crecen en las selvas bajas, en las dunas costeras y en los encinares tropicales.
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Flor de un crucetillo cultivado en solar en Puente Nacioal, Ver. |
Con respecto a la especie de
Randia empleada para la preparación de la milagrosa bebida, la situación no es muy clara. Según lo que se puede leer en la literatura y de la información recogida de los conocedores del tema, seguramente se trata de más de una especie. Se habla de machos y hembras, de frutos pequeños y grandes, de flores solitarias y en fascículos (agrupadas), plantas grandes y pequeñas. Entre la especies candidatas están
Randia monantha, R. laetevirens y
R. aculeata. Sin duda es necesario hacer el trabajo taxonómico (identificar, nombrar y clasificar correctamente las especies) correspondiente para poner orden en este caso.
Pero mientras que son peras o manzanas, las bondadosas y casi mágicas propiedades que se le atribuyen al crucetillo se extienden de boca en boca y en algunas comunidades ya hasta se cultiva en los solares y cercas vivas de las tropicales casas. Lo que inició como un antiguo remedio contra las mordeduras de serpientes se ha vuelto un fenómeno en la región. Al extremo que entre los males que supuéstamente sucumben ante la oscura pócima se encuentra el cáncer, diabetes, depresión, impotencia sexual, etc. ¿propiedades extraordinarias o un buen negocio?
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Crucetillo milagroso, preparado que se puede encontrar
en las calles de Veracruz |
Queda en el consumidor depositar su fe en este remedio y actuar con cautela y responsabilidad ante la larga lista de enfermedades que se pueden tratar con la esencia de la
Randia y que aparecen en los puestos de mercados o que salen de las bocas de merolicos que ofertan el milagroso crucetillo por las calles de los pueblos y ciudades del sotavento veracruzano. Después de todo esto, lo único que no me atrevo a poner en duda es el delicioso, fuerte y rasposo sabor del macerado de los frutos de los crucetillos que crecen en las selvas secas de Veracruz.
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Para todo y contra todo |