Aquí hay unos ejemplos:
En Tenerife hay cultivares criollos tanto para los cultivos básicos del Viejo Mundo, como estos trigos duros (para pasta) ... |
... como algunos cultivos menores. |
También tienen una buena representación de especies del Nuevo Mundo, más aptas para climas cálidos ... |
... incluyendo algunas favoritas. |
¿Por cierto, porqué no tenemos un centro similar en México? O, más bien, varios, uno para cada región climática grande? ¿Y de preferencia con un jardín demostrativo, y venta o regalo de semillas o plántulas al público en general? Podría incluir también plantas ornamentales tradicionales y criollas, que ya casi no se consiguen a través de los canales comerciales.
Claro, en los últimos 10 años hemos avanzado muy considerablemente en este campo, y el trabajo que podría desarrollar un centro de este tipo se está haciendo parcialmente en México, en forma distribuida. La CONABIO y el SINAREFI están apoyando labores científicos y de difusión sobre estos temas; existen bancos de germoplasma, tanto de semillas como de plantas, sobre todo en el INIFAP; se acaba de constituir una red de agrobiodiversidad dentro del sistema de redes científicas del CONACyT. Pero creo que un lugar físico, dedicado a la conservación y la educación de la agrobiodiversidad, podría ser sumamente popular localmente y de valor para el turismo, aparte de útil para la conservación. Nada mas vean el éxito del Jardín Etnobotánico en Oaxaca, o el Parque de la Papa en Perú.
(Vía el Agrobiodiversity Weblog)