viernes, 4 de mayo de 2012

El mezcal, espíritu de la planta de las mil maravillas

"Para todo mal, un mezcal, y para todo bien, también"… 
Frase Popular 

De Laura Gabriela Rodríguez Cortez

La palabra "mezcal" proviene del náhuatl Metl e Ixcalli, que significan "agave cocido al horno". 

El mezcal es una bebida alcohólica regional que se obtiene de la destilación de azúcares fermentados provenientes de las “piñas” maduras de varias especies de agaves. Los agaves son plantas perennes, pertenecientes a la familia Agavaceae. Tienen hojas dispuestas en espiral y arregladas en forma de roseta sobre un tallo reducido. 

Existen diferentes tipos de mezcal de acuerdo al tipo de destilación, frutos, saborizantes o colorantes añadidos, porcentaje de azucares y maduración. 

Agave tequilana F.A.C. Weber (Agavaceae)
Foto Gabriela Rodríguez

Desde épocas remotas el mezcal tiene gran importancia económica y cultural en México, ya que se encuentra muy presente en la vida cotidiana. Se dice que desata el júbilo y alivia tristezas, se utiliza tanto en fiestas como en ceremonias fúnebres. Por estas y muchas más razones, el mezcal se ha ubicado entre las mejores bebidas del mundo. 

Fábrica de mezcal en Zimatlán, Oaxaca
Foto Gabriela Rodríguez
 Si te interesa conocer más sobre esta bebida alcohólica mexicana, te invito a que asistas a la Jornada curso-taller denominada “MEZCAL, espíritu de la planta de las mil maravillas”, organizada por la Fundación Herdez, que se llevará a cabo en el Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el Sábado, 19 Mayo de 2012, de 9:30 a 14:30, el donativo es de $25.00. Aparta tu lugar al teléfono 55228860. 



Y aquí el itinerario:


Literatura consultada 

Zizumbo-Villareal, D y P.M. Colunga-García. 2007. La introducción de la destilación y el origen de los mezcales en el occidente de México. Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C. pp. 107-108. 

García-Mendoza, A. 2007. Los agaves de México. Ciencias. Revista de Difusión de la Facultad de Ciencias de la UNAM 87:14-27. 

Pérez, C. 2007. Mezcales tradicionales de los pueblos de México, herencia cultural y biodiversidad. Ciencias. Revista de Difusión de la Facultad de Ciencias de la UNAM 87: 55-60. 

Para saber más:

Mezcaloteca
http://www.mezcaloteca.com/content/informacion.html 

Historia del tequila
http://www.historiadeltequila.com/publicaciones.html 

Museo del tequila y el mezcal
http://www.ciudadmexico.com.mx/atractivos/museo_tequila.htm

miércoles, 2 de mayo de 2012

Todo por una pregunta


"Enebro" (Juniperus flaccida). En San Miguel Tulancingo las
 ramillas se ocupan en las limpias
¿Por qué se siguen utilizando las plantas medicinales a pesar de la accesibilidad de la medicina moderna?

Esta fue una de tantas preguntas que hace algunos años hizo la profesora a sus alumnos del curso de etnobiología. Entre los alumnos me encontraba yo. Realmente nunca me había puesto a pensar en ello. La profesora nos dio varias razones del uso vigente de plantas medicinales tales como su bajo costo, la inaccesibilidad a la atención a clínicas o consultorios y otras, pero yo trataba de recordar algunas de las plantas medicinales para curar en el pueblo de donde son mis padres, al que visitábamos cada periodo vacacional.

Sin saberlo, desde entonces se despertó en mí un interés por contestar aquella pregunta. Decidí investigar al respecto. Para iniciar, debía familiarizarme con el tema. Así que comencé a leer estudios sobre plantas medicinales y en concreto de la comunidad. No me fue difícil encontrar información, pues México es uno de los países con mayor investigación sobre plantas medicinales. Lo que sí me sorprendió fue no encontrar ni un solo libro, escrito o algo similar sobre la flora medicinal de la comunidad, ni siquiera de localidades aledañas.

Debo reconocer que por aquellos años yo desconocía mucho sobre la comunidad de las que les hablo. Se trata de San Miguel Tulancingo, Oaxaca, un pueblo del que ya les he platicado en una ocasión anterior.

Aquella revisión bibliográfica sirvió para descubrir el grupo étnico del que soy descendiente: los chochos o chocholtecas, quienes en su lengua se denominan rru ngigua que significa “gente de idioma”.

Entonces descubrí que los chochos es uno de los tantos grupos que han estado en el olvido desde hace siglos, incluyendo el estudio de sus plantas útiles. De aquella revisión bibliográfica, conocí el libro “Biodiversidad de Oaxaca” (Caballero et. al, 2004). El capítulo sobre uso y manejo tradicional de plantas no reporta alguna investigación seria sobre las plantas útiles de este grupo étnico (y a la fecha no lo he encontrado), mientras que para los mixtecos, los zapotecos y los chinantecos se mencionan varias publicaciones. No digamos para otros grupos fuera de territorio oaxaqueño como los mayas y los nahuas, de quienes se ha estudiado ampliamente sus plantas útiles, incluyendo la flora medicinal.

Parte de lo anterior, fue lo que me motivó a registrar las plantas medicinales de los chochos y contestar la pregunta que me hicieron alguna vez en el aula. Comencé a platicar con los médicos tradicionales del pueblo y los pobladores del lugar. Varias veces me hice acompañar de ellos para recolectar las plantas en los terrenos áridos y semidesérticos de San Miguel. Durante los recorridos me platicaban acerca de las enfermedades que curan las plantas, cómo las utilizan, quienes la utilizan, en que cantidades y algunos otros datos.

Después de un año de haber visitado frecuentemente la comunidad, obtuve un listado de 85 especies medicinales. Pero el listado quedó incompleto, ya que sólo abarqué las especies silvestres y aún falta el registro de las especies cultivadas. También descubrí que las plantas curan enfermedades como “el mal de ojo” y el “susto”, las cuales son de conocimiento popular en varios regiones de México.

A pesar de que ya había conocido mucho sobre las plantas curativas de los que hablan el idioma, aún no podía contestar la pregunta que originó todo esto. En la comunidad existe una clínica rural del IMSS a la que acuden frecuentemente los tulancinguenses. Esto me causaba confusión porque también sabía por las varias pláticas que entablé con ellos que seguían utilizando las plantas medicinales para varias enfermedades.

Hoy sigo tratando de contestarme aquella pregunta y otras más mediante mi tesis de maestría.
"Higuerilla" (Ricinus comunis). Las hojas calentadas en el comal se colocan con manteca en el abdomen para curar diversos padecimientos gastrointestinales.
"Tronadora amarilla" (Tecoma stans). El comiento de las hojas junto con otras plantas se utilizaba anteriormente para facilitar el parto.

"Biznaguita" (Coryphantha retusa) Se aplican gotas del cocimiento del fruto o tallo para destapar los oidos

jueves, 26 de abril de 2012

La Maleza Mas mala del Mundo…Higuerilla

Cultivo de higuerilla (Ricinus communis L.) para la producción de aceite.


 La higuerilla (Ricinus communis L.) es una planta que en muchos lugares es considerada como maleza, crece cerca de las casas, ríos y milpas. Niembro (1990) describe al lugar donde habita la Higuerilla como ruderal, arvense y ubicado en los márgenes de los ríos, en áreas abiertas de bosque de encino, pino-encino. Probablemente es originaria de África. Tiene algunos usos medicinales, pero, también se ve un amplio mercado de comercialización por el contenido de aceite presente en la semilla. 

Hoja de higuerilla (Ricinus communis L.). Fotografía Oralia Hernández.

Esta especie ha venido a ser una alternativa más para los productores, aun cuando la información que se ha generado es en los campos experimentales de nuestro país, se espera que pronto el productor haga uso de este en sus parcelas como una opción más para él. Este cultivo es muy noble y se ha adaptado muy bien a la región. No tiene plagas y enfermedades en gran cantidad que aumenten los costos y disminuyan su producción. 

En el centro de investigación INIFAP (Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuaria)-Tamaulipas se cuenta con un banco de germoplasma en donde se tiene la más amplia variedad de higuerillas del país. 
Higuerilla (Ricinus communis L.) a orillas de un rio. Fotografía Oralia Hernández.

Parte útil de la planta de higuerilla (Ricinus communis L.) Fotografía Oralia Hernández.

Clima 

La higuerilla se siembra con éxito en Veracruz, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Morelos, Guanajuato, Chiapas y Nayarit; pero en los estados de Tamaulipas y Oaxaca alcanza su mayor importancia (Orihuela, 2011). Prospera bien en lugares situados a una altura menor de 1200 msnm que tenga inviernos suaves y suelo fértil. En sitios buenos se puede esperar rendimientos de 2500-3500 kg de semilla por hectárea a partir del 2° año. 

La higuerilla sanguínea es la variedad más importante en nuestro país porque tiene mayor cantidad de aceite que otras. Normalmente pasa del 40%; sin embargo, en suelos y climas apropiados puede tener hasta 60%. Pero cuidado: el aceite de la higuerilla es valioso para fines técnicos, pero la semilla también es altamente tóxica. 
Cultivo de higuerilla (Ricinus communis L.) en el campo experimental INIFAP- Tamaulipas. 
Fotografía Oralia Hernández.

Tecnología de producción 

A continuación se describe la tecnología de producción para el cultivo de esta oleaginosa recomendada por Rico et al., (2011). 

Preparación del terreno 

Cuando las condiciones de los suelos permiten el uso de maquinaria agrícola, es recomendable llevar a cabo una buena preparación del terreno. Para lograr lo anterior se deberán realizar las siguientes labores: 

El barbecho debe ser profundo (más de 25 cm), con la finalidad de romper, aflojar y desmenuzar la capa arable, enterrar hierbas y restos del cultivo anterior, así como eliminar plagas y favorecer la infiltración de la lluvia. Seguido se da un paso de rastra con el fin de desmenuzar los terrones y que el terreno quede lo más mullido posible para que la germinación de las semillas sea uniforme. 

Si los suelos son de lomerío, es recomendable el trazo de surcos en contorno, siguiendo las curvas de nivel, para evitar pérdidas del suelo por arrastre. El surcado entre hileras de plantas puede ser de 3 m cuando se manejan bajas densidades de población y de 1 m cuando se opte por manejar una alta densidad de población. 

Siembra 

Higuerilla asociada con maíz. Bajo temporal se siembra en julio y agosto. El terreno se prepara con 2 pasos de arado y uno de rastro y se hacen los surcos de 80-90 cm de distancia. Se siembra tres surcos solo con maíz y el cuarto surco con maíz e higuerilla. En este surco la higuerilla se siembra a 3.25 m de distancia entre matas, dejando 2 matas de maíz entre las de higuerilla. 

Las semillas de higuerilla se siembran con esta separación por que en los años siguientes las plantas van a desarrollar bastante y ya no quedara lugar para el maíz. 

La higuerilla se siembra a la misma profundidad que el maíz, poniendo 2-3 semillas por mata de tal manera que cuando se siembra intercalada con maíz se necesitan 4 kg de semilla por hectárea. 

La siembra de higuerilla y maíz juntos no es aconsejable en suelos pobres, porque ambas plantas agotan la fertilidad del suelo y se hace necesario abonarlo para los cultivos siguientes. 

Higuerilla sola. Se siembra a 3 m entre surcos y a 3 m entre matas. Se puede sembrar a 1.5 m de distancia, tanto entre surcos como entre matas, para lograr una mayor cosecha en el primer año, que es cuando las higuerillas aun no han crecido mucho. Después de la primera cosecha se quitan las plantas intermedias, de manera que en el 2 año ya queden separadas a 3 m. 

Mantenimiento del cultivo 

Poda 

Es una operación que consiste en cortar la punta de la rama principal. Según Soares y Souza (2006) mencionan que la planta debe podarse para evitarse que alcance alturas inapropiadas. Así se favorece la formación de ramas laterales, pues la higuerilla produce sus racimos florales en las puntas de las ramas y se deja crecer libremente en altura, solo dará 1 o 2 flores en cada rama. Si logramos que se formen varias ramas, cada una de ellas dará frutos y se aumentara considerablemente la cosecha. Con la poda, los racimos se formarán a un altura que permiten que la cosecha se efectué mas fácil y cómodamente. 

Durante el invierno y tiempo de seca se darán las escardas necesarias para conservar la humedad del suelo y mantener las plantas en las mejores condiciones; de esta manera la cosecha del 2 año es de mayor precocidad que la del primero.

Fertilización

Aun que todavía no se han hecho experimentos sobre la aplicación económica de abonos en el cultivo de la higuerilla, es de suponerse que si se mejora la fertilidad del suelo se lograran plantas con un mayor fructificación. 

A reserva de que futuras investigaciones determinen, se sugiere fertilizar el terreno con 150 kg de sulfato de amonio y 200 kg de superfosfato de calcio simple por hectárea. 

Si la siembra de la higuerilla se ha efectuado junto con al de maíz, aplique otros 150 kg de sulfato de amonio por hectárea, cuando se haga la primera o segunda escarda, según la disponibilidad de agua. Si el temporal es escaso no aplique esta segunda dosis de fertilizante, ya que perjudicará las plantas en lugar de beneficiarlas. 

Si la siembra es únicamente de higuerilla aplique 200 kg de sulfato de amonio por hectárea a los 2 meses después desembrar, teniendo siempre en cuenta la disponibilidad de agua. Es conveniente que después de cada cosecha, y cuando el terreno este húmedo, se adicionen 200 kg de sulfato de amonio por hectárea cada año.

Cosecha 

Si se sembró en junio o julio, la primera cosecha será en marzo o abril y se recogerán 350 kg por hectárea, cantidad que aumentara hasta el 4 y último año. Como la maduración de los frutos no es uniforme, el agricultor debe recorrer la parcela todos los días durante la época de cosecha, para ir cortando los racimos maduros y próximos a abrirse, antes de que revienten y dejen caer las semillas. 
Racimo con frutos maduros de higuerilla (Ricinus communis L.) listos para la cosecha. Fotografía Oralia Hernández.
Trilla 

En la Huasteca Potosina para separar las semillas, los racimos deben secarse al sol en patios durante varios días, sobre lozas o pisos de cemento. 
Secado bajo el sol de (Ricinus communis L.). Fotografía Oralia Hernández

Si hay pocos racimos se puede trillar en la misma planta. Para cantidades mayores se usan maquinas de diversos tamaños y tipos, que hacen pasar los frutos entre 2 rodillos para frotarlos y romper la cubierta de las cápsulas, dejando la semilla libre para que después pase por un ventilador que separara los granos de la cáscara. En algunos lugares se usan las trilladoras para cacahuate, con los debidos ajustes en el cilindro y la velocidad de la maquina. Una vez trilladas se procede a la venta de la semilla a empresas extractoras de aceites. 
Semilla de higuerilla trillada (Ricinus communis L.) lista para la venta. Fotografía Oralia Hernández.

Literatura citada
  • Rico P, H. R., Tapia V. L. M., Teniente O. R., González Á. A., Hernández M. M., Solís B. J.L., y Zamarripa C. A. 2011. Guía para cultivar higuerilla (Ricinus communis L.) en Michoacán. Folleto Técnico Núm. 1. INIFAP/CIRPAC Campo Experimental Valle de Apatzingán. 
  • Orihuela E, R. 2011. Posibilidades de uso de la higuerilla (Ricinus communis L.) en la obtención de celulosa a la sosa, blanqueada [OD (OP)D] para su uso en papel bond. Universidad Michoacana de San Nicolas de Hidalgo. Morelia, Michoacán. 61 p. 
  • Soares S, L. y Souza G, T. M. 2006. Curso sobre el cultivo de higuerilla. Embrapa. Brasil. 29 p.
  • Niembro R, A. 1990. Arboles y arbustos de México. Editorial Herrero. S.A. México D.F.  161 p. 
Literatura recomendada 
  • Restrepo Henao. J.F., Salazar Saffon G., y Aristizabal Muñoz M. 2010. Alternativas de producción del higuerillo (Ricinus communis L.) con fines de extracción de aceites para biodiesel y la industria oleoquímica como estrategia para el fortalecimiento del departamento de caldas. Congresso Brasileiro de Mamona, 4 & Simpósio Internacional de Oleaginosas Energéticas, 1, 2010, João Pessoa. Inclusão Social e Energia: Anais... Campina grande: Embrapa Algodão, 2010. p. 1-6.

Mmm...Cultivo de Hongos Comestibles

 Pleurotus ostreatus

En México el cultivo de los hongos comestibles se inició desde mediados de la década de los 30's, sin embargo la actual industria en el país data de apenas 40 años. Al principio se cultivó solamente el champiñón, con técnicas y cepas extranjeras. A partir de 1974 se empezó con las orejas blancas o setas (Pleurotus ostreatus) (Martínez-Carrera et al., 1991). 

Hongos (Pleurotus ostreatus). Fotografía Oralia Hernández

Los hongos del género Pleurotus son conocidos en el país con los nombres de orejas blancas, orejas de palo, orejas de patancán, orejas de cazahuate y orejas de izote. Pero la compañía Hongos de México, S. A lanzó al mercado su producto con el nombre de “seta”, denominación que en España se aplica a cualquier hongo y en México únicamente a un grupo de hongos frondosos que los campesinos llaman también pancitas o semas y que se adscriben a especies de Boletus, principalmente B. edulis (Guzman et al, 1983). 

Importancia 

Los hongos comestibles han sido muy apreciados como parte de la dieta humana en muchas culturas debido a sus atributos sensoriales y nutricionales. Se consumen principalmente en el sureste de Asia, Europa y Mesoamérica. Actualmente se conocen cerca de 2000 especies de hongos comestibles; pero sólo aproximadamente 22 han sido cultivadas comercialmente y sólo 10 se producen a escala industrial.

Trigo como soporte para el crecimiento de Hongos (Pleurotus ostreatus). Fotografía Oralia Hernández.

Algunas de las cosas que he aprendido junto con mi hermano durante nuestra estancia en Chapingo, es el cultivo de setas, hongos comestibles con un potencial productivo en nuestro país. Para la obtención de hongos de buena calidad son necesarios por lo menos cinco pasos básicos que les describo a continuación y que de manera directa marco algunos pasos para la siembra y cosecha de setas. 

Elección del Sustrato!!! 

Existen muchos materiales que se pueden emplear como sustrato en el cultivo de hongos, sin embargo el más utilizado es la paja de trigo. Se pica en trozos de aproximadamente 3-7 cm de longitud, los cuales son colocados en arpillas después para después ser introducidas en tambos de plástico de 200 litros de capacidad para hidratarlos (de 70 a 80%) con agua durante 24 h a temperatura ambiente y posteriormente es necesario drenar el exceso de agua. 

Esterilización… 

Una vez que se tiene el sustrato es necesario esterilizar la paja de trigo. Para ello se debe contar con un tambo de 200 litros al que debemos agregar 50 litros de agua, los que se deben calentar hasta alcanzar una temperatura de 60 a 70 °C. Se introducen las arpillas con el substrato hidratado con un peso de 13 a 14 kg. Las arpillas tiene que permanecer durante una hora dentro de los tambos con la finalidad de acabar con cualquier contaminante presente en el substrato. Una vez finalizado el proceso, el substrato se deja enfriar a temperatura ambiente para su inoculación. 

A sembrar setitas!!! 


Siembra de Pleurotus ostreatus en bolsas de polietileno. Fotografía Oralia Hernández.

Ya que se tiene listo el sustrato procede la siembra. Para ello se emplean bolsas esterilizadas de polietileno con dimensiones de 50 x 70 cm; se sumergen en una solución de agua con hipoclorito al 3% para eliminar impurezas y agentes nocivos para el desarrollo del micelio.

Es necesario que se amarre una liga en la parte de abajo de la bolsa para formar una superficie plana en el fondo para conseguir una forma cilíndrica. 

Con ayuda de una báscula se pesan 800 g de substrato húmedo, se colocan el la bolsa de polietileno para formar una capa de 5 cm de espesor dentro de la bolsa. Después se pesan 50 gramos de micelio, el cual es necesario colocarlo solamente en la periferia de la bolsa para que tengan una emergencia mucho más rápida. Esto se repite hasta obtener un gasto de substrato de 4 kg y 200 g de micelio. 

Incubación… 

Al concluir con la siembra es necesario trasladar a la zona de incubación en donde se colocaran en estantes. Dos días después de la siembra se deben de revisar las bolsas para corroborar el crecimiento y buen estado del micelio. Después a cada bolsa se le hacen dos perforaciones de 3 x 3 cm con una navaja esterilizada  para permitir la ventilación del substrato en el interior de cada bolsa. 

Para evitar la exposición directa del sustrato con el ambiente en dichas ventanas se debe proteger, para tal caso podemos adherir una gaza con el fin de permitir únicamente la circulación de aire.

Colocación del cultivo en el cuarto de incubación de Pleurotus ostreatus. Fotografía Oralia Hernández


En promedio la fase de incubación dura 28 días, por lo menos cerca de 14 días se deben de mantener las bolsas con temperatura constante de 28 °C en la oscuridad. 

Una vez que el micelio invade completamente el substrato y que se comienza a observar la formación de primordios en las ventanas o perforaciones de la bolsa se debe retirar las gazas. 

Primordios de Pleurotus ostreatus a siete días de la incubación. Fotografía Oralia Hernández

Cuando los primordios se presentan en las bolsas se trasladaron al área de crecimiento, donde recibirán riegos en forma de vapor. 

Cosecha!!! 

De 7 a 10 días después de la aparición de los primordios y antes de que ocurriera el proceso de esporulación, con una navaja esterilizada se cortan los cuerpos fructíferos de cada una de las bolsas en las que se determinó que el cuerpo fructífero estaba listo o maduro. Se corta desde la base.

Hongos de Pleurotus ostreatus maduros con diferentes colores. Fotografía Oralia Hernández.


Siembra comercial de Hongos de Pleurotus ostreatus maduros Fotografía Oralia Hernández.

Mmm… de esta manera obtendremos unos saludables hongos, listos para preparar en muchos platillos… a mí en especial me encantan las quesadillas con estos hongos, no se diga los hongos con nopales en chile guajillo acompañada de una rica agua de horchata con trozos de melón…

Literatura consultada 
  • Guzmán, G., Mata, G., Salmones, D., Soto, C. y Guzmán, L. 1983. El cultivo de hongos comestibles. Primera edición. Edit. Instituto Politécnico Nacional. México, D. F. p. 2,150. 
  •  Martínez-Carrera, D., R. Leben, P. Morales, M. Sobal y A. Larqué-Saavedra, 1991. Historia del cultivo comercial de hongos comestibles en México. Ciencia y Desarrollo 96: 33-43. 

Para leer más:

miércoles, 25 de abril de 2012

Un rinconcito de la mixteca alta

Justo en la caseta de cobro “Suchixtlahuaca” de la autopista Cuacnopalan-Oaxaca, existe una desviación que comunica con un camino de terracería. Tras un recorrido de 20 minutos sobre este camino, se llega a una localidad rural de gran tradición.

Se trata de San Miguel Tulancingo, una pequeña comunidad inmersa en la zona árida y montañosa de la mixteca alta, al noroeste del estado de Oaxaca, con apenas 346 habitantes que pertenecen al grupo étnico denominado chocho o chocholteca. En la lengua autóctona, el chocho, se denomina a Tulancingo como “Ningaxingu” que significa “lugar de honduras, parecidas a lagos “. Por cierto, el chocho está muy emparentado con el popoloca que se habla en el Valle de Tehuacán, Puebla, pero a diferencia de éste, el chocho está catalogado como una lengua en riesgo de desaparecer.

Vista panorámica de San Miguel Tulancingo, Oaxaca
El Cerro Tepetroja de San Miguel Tulancingo que recibe a sus visitantes
Como parte del trabajo de campo del curso de Etnobotánica y Botánica Económica de este año, se pretendía visitar esta localidad con el fin de conocer algunas de las prácticas tradicionales de zonas áridas. Por razones fuera de nuestro alcance, no pudimos seguir con nuestro plan. Por eso, me di a la tarea de dar a conocer algunos detalles interesantes sobre este rinconcito de la mixteca alta de donde soy descendiente.

Quiero comenzar por describir el paisaje característico de la zona, donde se asienta un extenso matorral xerófilo. Además de éste tipo de vegetación, en Tulancingo también se encuentran bosques de encino en las cumbres más altas, y en algunos tramos de sus ríos, se puede apreciar bosque de galería. En éste último, sobresale un ejemplar de la especie Taxodium mucronatum con una edad aproximada de 1 000 años, al que los pobladores llaman “Tule”, tal vez para establecer su semejanza con la majestuosidad del famosísimo árbol de Santa María del Tule, también en el estado de Oaxaca.

El "Tule" de San Miguel Tulancingo

En esta región, una impresionante erosión del suelo se impone en el paisaje. Y pese a las condiciones de aridez y degradación del suelo, los habitantes de Tulancingo han podido apropiarse de su entorno y desarrollar mecanismos de sobrevivencia que forman parte de su cultura. Prueba de ello es el sistema tradicional de cultivo en “jollas”. Una jolla es un terreno de cultivo formado por acumulación de suelo arrastrado por la lluvia y detenido por una barda en el fondo de una barranca. En estos terrenos se aprovecha la humedad residual del suelo sembrando maíz después de la temporada de lluvias. De esta manera, las jollas representan una manera de enfrentar la escasez de agua y de terrenos aptos para la agricultura.

Un ejemplo de la erosión del suelo en la Mixteca Alta
Otro ejemplo más de la erosión del suelo en la Mixteca Alta
"Jollas" para cultivar maíz en la mixteca alta. Foto de Heike Vibrans, tomada del sitio web Jehuite.
En la alimentación cotidiana los nopales, frijoles, calabazas, chilacayotas, chiles, quelites y otras plantas de la cultura gastronómica original se hacen presentes de muy variadas formas, acompañadas, por supuesto, de tortillas de más o menos de 30 cm de diámetro, hechas de maíz, trigo o una combinación de estos. En festejos importantes, es común que se prepare la típica barbacoa de borrego o de chivo cocida en horno a ras de suelo, donde los hombres tienen una participación importante.

Mujeres haciendo tortillas
Hombres sacando la barcacoa del horno
Caminando por las calles de Tulancingo, llaman la atención las casas de muros de cantera rosa (muy abundante en la región) y techos de tejas que le confieren al pueblo una apariencia muy peculiar. Hace algunos años, junto o muy cerca a estas construcciones se encontraba un baño de temazcal. Hoy en día, son muy pocas las casas que conservan uno ya que esta práctica ancestral está en desuso.

Casa tradicional de cantera rosa con baño de temazcal en San Miguel Tulancingo
Pero, varias prácticas de la medicina tradicional siguen estando vigentes, tales como los frotamiento de alguna parte del cuerpo conocidas como “sobadas”, las “limpias” con plantas aromáticas, y las ofrendas a los “dueños del lugar” para que devuelvan el espíritu arrebatado de los enfermos que tienen un susto o caída en sus territorios. Y precisamente sobre este tema, la que esto escribe, ha registrado a la fecha un total de 85 especies medicinales, y aún faltan varias por conocer. Pero esto es un tema del que espero poder platicar más a detalle en este espacio, una vez que concluya el listado y conozca un poco más sobre la medicina tradicional de Tulancingo. Mientras tanto, espero que éste escrito les haya gustado y los motive a conocer algún rinconcito de la mixteca alta oaxaqueña.

"Siempre viva" (Sedum praealtum), una planta medicinal de San Miguel
Otra planta medicinal de San Miguel, la "penca de potrero" (Agave scaposa)
Para saber más:

De arqueología y etnobotánica

El Castillo en la zona arqueológica de Chichen Itzá.
Foto de H. Vibrans

Si escuchamos en alguna conversación o leemos en algún lugar las palabras “arqueología mexicana”, sin duda evocaremos aquellas legendarias construcciones resguardadas en varias zonas arqueológicas de nuestro país. Estas magníficas construcciones representan tan sólo un pequeño legado que heredamos de los pueblos prehispánicos.

Posiblemente les resulte interesante saber que existe una herencia cultural que no siempre es perceptible pero que persiste hasta nuestros días aún en las ciudades más urbanizadas. Prueba de ello está en muchas de las plantas con las que convivimos diariamente. Quien haya comido en un mercado popular, ingerido un té medicinal o adornado sus jardines con plantas, seguramente habrá hecho uso, tal vez sin saberlo, del legado cultural prehispánico en torno a las plantas.

“Arqueología Mexicana” es una revista seria que ha divulgado el conocimiento y avances sobre esta disciplina científica entre el público en general por casi 20 años. La revista tiene una edición regular que se publica bimestralmente y una edición especial cuatrimestral. Puede adquirirse fácilmente en los puestos de revistas, librerías o a través de una suscripción. En varios números de la colección se encuentran artículos de interés para los seguidores y estudiosos de la agricultura tradicional, la etnobotánica, la comida tradicional y en general de las plantas útiles. Se pude consultar el contenido de todos los números en su página web www.arqueomex.com

En esta ocasión, se da una breve descripción del contenido de los números dedicados cabalmente a las plantas. Bien valdría la pena revisarlos para comprender y valorar esa herencia cultural que sigue siendo vigente en nuestra vida diaria. Les aseguro que se llevarán muchas sorpresas.


Edición regular


Volumen V, No. 25.El maíz
(mayo-junio, 1997)
No podía faltar en esta revista un número dedicado a tan importante planta, en el cual se explica mediante varios artículos su importancia (prehispánica y actual), origen y diversidad. Se dan detalles sobre el dios del maíz en las culturas prehispánicas y se narran diferentes mitos sobre esta planta. Un atractivo artículo sobre la tortilla y su elaboración engalana esta edición.

Volumen VII No. 39: Plantas medicinales prehispánicas
(septiembre-octubre, 1999)
Este número comienza dando un panorama sobre la evidencia y representación de plantas medicinales prehispánicas. Después se ilustra la importancia y evolución del conocimiento de plantas medicinales de la época prehispánica a nuestros días. Finalmente, se dan interesantes detalles sobre la participación de curanderos en un proyecto de investigación etnobotánica. Se incluye un pequeño catálogo ilustrado y un apartado con cifras relevantes sobre el uso de la flora medicinal.

Volumen X, No.57: Antiguos jardines mexicanos
(septiembre-octubre, 2002)
Un artículo introductorio nos acerca a la diversidad, usos y simbolismo de varias plantas de los jardines prehispánicos. Otro artículo recrea la diversidad y explica las funciones del jardín de Iztapalapa. También se ofrecen algunos datos sobre los jardines de los Cerros Tetzcotzinco y Chapultepec. Particularmente sobre éste último, se desarrolla su transición cultural e histórica de la época prehispánica a la actual. Entre las páginas se puede encontrar un pequeño catálogo ilustrado de las plantas ornamentales heredadas del México antiguo y una interesante nota sobre nuestro árbol nacional: el ahuehuete.

Volumen X, No.59: Alucinógenos del México prehispánico
(enero-febrero, 2003)
Su revisión es obligada si deseamos comprender el profundo significado cultural y funciones sociales en torno al uso de estas plantas en la época prehispánica y en los pueblos indígenas contemporáneos. Además, en varios artículos se explica su representación en la pintura, escultura y cerámica prehispánica.

VOLUMEN XIII, No.78: Las flores en el México prehispánico
(marzo-abril, 2006)
En este número se explica el simbolismo y mitología de las flores en el México antiguo y se ofrecen algunos detalles sobre su configuración en la pintura y poesía prehispánica. Además, se incluye una breve referencia de los dioses antiguos vinculados con las flores y se enumeran las especies representadas en la famosa escultura mexica de Xochipilli (príncipe de las flores). De particular atracción resulta un artículo que trata sobre las plantas ornamentales registradas en uno de los primeros documentos coloniales. Se incluye un pequeño catálogo ilustrado con fotografías y dibujos.


Edición especial

No. 32 Los chiles de México
Catálogo visual

Se inicia con una crónica histórica de este apreciado condimento, comenzando por la domesticación de la planta hasta la comercialización actual del fruto. Otros datos fascinantes como la toponimia en relación al chile, sus propiedades medicinales, la forma en que se mide su picor y su descripción botánica acercan aún más al lector a tan conocido fruto. La parte sustancial es un catálogo sobre 11 tipos de chile con una descripción que menciona los nombres comunes, el grado de picor, los usos y las zonas productoras, acompañado de excelentes imágenes muy ilustrativas. La edición termina con un listado de los nombres del chile en varias lenguas indígenas y un vistazo de su uso en la gastronomía mexicana.

No. 36 La calabaza, el tomate y el frijol
Catálogo
La edición contiene información sobre la impotancia prehispánica y actual, la domesticación, toponimia y documentación histórica en torno a estas tres plantas alimenticias. Para cada una de ellas existe un catálogo que incluye su descripción botánica, sus variantes, los nombres comunes, las zonas productoras, los usos (con énfasis en la gastronomía mexicana) y otros datos relevantes. Todo acompañado de excelentes imágenes y fotografías.

No. 38 El maíz
Catálogo visual

Por si no hubiese sido suficiente con el número de la edición regular dedicada a esta importantísima planta, la revista lanza el No. 38 de la edición especial que presenta un catálogo mediante el cual se puede conocer la gran variedad de razas de máices mexicanos con ilustraciones donde se aprecian sus características físicas. Para cada raza se mencionan su distribución y usos. Además este número incluye la descripción botánica, toponimia, historia, simbolismo y usos prehispánicos y actuales del maíz. Definitivamente este número no se lo pueden perder.


En México las plantas y flores se mueven

Dedicado a la Lic. Trinidad Nava Velásquez+

Traje típico yucateco con el que se bailan jaranas.
El traje femenino se llama terno.
Sí. Son varias las plantas y flores que se mueven a través de la danza folklórica mexicana.

Tal vez nos ha tocado ser intérpretes de la danza mexicana como parte de las actividades escolares, o quizá hemos visto algún baile típico (yo diría que muchos) interpretado por un grupo de danza folklórica o los intérpretes originales (o sea los grupos étnicos y mestizos), pues la danza es una parte esencial de nuestra diversidad cultural. Es más, el famoso traje típico jalisciense y varios de las melodías interpretadas por el mariachi de aquella región identifican a México en el mundo.

Pero… ¿qué relación existen entre las plantas y la danza folklórica? Aunque es muy evidente, me atrevo a asegurar que pocas veces hemos reflexionado sobre ello. Para empezar, la indumentaria femenina está cargada de diversas flores. Y más allá del simple adorno, hay todo un profundo simbolismo.

Desde hace tiempo he tenido la intención de realizar algún estudio sobre las plantas en la danza folklórica mexicana. Se me ocurrió escribir sobre el tema para este blog. Pero recordando mi paso por la danza folklórica, vino a mi mente una especialista en el arte dancístico nacional y decidí entrevistarla. Ella es Abigail Mora Rojo, Maestra en Educación Artística con especialidad en Danza Folklórica Mexicana, egresada del Instituto Regional de Danza Azueta de Xalapa, Veracruz. Desde hace 25 años imparte clases a niños, adolescentes y personas de la tercera edad.

Aquí va la entrevista.

-Maestra, ¿existe alguna relación entre las plantas y la danza folklórica mexicana?

-¡Por supuesto! Varios trajes típicos llevan flores.

-¿Puede darme algunos ejemplos?
-¡Muchos! Por ejemplo, el mandil del traje de jarocha tiene rosas y claveles, a veces le ponen margaritas pero muy pequeñitas. El traje de tehuana lleva rosas de todos colores y tamaños, de preferencia las mujeres casadas, porque los trajes de las mujeres solteras también llevan muchas flores de colores pero pequeñitas y no son rosas, aunque eso depende de la comunidad o las costumbres de algunas tehuanas. En el traje de Yucatán se bordan flores, de todas las flores, pero resaltan y predominan también las rosas. En el traje de Sinaloa antiguo se dibujaba la flor de amapola tanto en el holán de la falda como en el centro de la blusa, pintado a mano porque el traje es de manta. Ah y en la falda también se pintaban cactus de pitaya y semillas de algodón. El traje tradicional de Chiapas es negro y lleva rosas, de todos colores pero rosas. Las niñas o las jovencitas llevan flores un poco más pequeñas y el vestido de las niñas de preferencia o el de boda es de fondo blanco. Bueno, pero como te dije son muchos los trajes con flores y ¡nomás no terminaríamos hoy!

-Bueno, hábleme un poco sobre las flores que adornan los peinados de las mujeres, ¿hay algunas flores en particular?

-Si, las jarochas usan en sus tocados claveles, las tabasqueñas tulipanes, las yucatecas las que lleven bordadas en su terno o hipil, las chiapanecas igual usan tulipanes o bugambilias, las jarochas también pueden llevar rosas. Mmm son de las que me acuerdo ahorita de rapidito. Y algo muy importante, las jarochas, por ejemplo, usan el tocado de lado derecho si son casadas y las solteras del lado izquierdo.

-Y qué hay de los trajes masculinos ¿recuerda alguno que lleve flores o plantas?

-Pues el mandil y una cinta con flores que llevan los voladores de Papantla. La cuera tamaulipeca de la zona huasteca tiene flores blancas como las del traje de la mujer.

-En cuanto a la coreografía, ¿existen movimientos que hagan alusión a plantas o flores?

-No, en las coreografías se forman líneas rectas, pueden ser estrellas, rombos, cuadrados, pero no flores. Solamente muy pero muy profesionales forman flores pero eso no lleva ninguna tradición en particular y ya es invento de algunos coreógrafos. Pero ahora que me acuerdo hay una danza que se llama Xochipitzáhuatl, es de la sierra veracruzana. Ahí en la danza todas las mujeres casaderas visten a la novia, bailando, y llevan el vestido y todo lo que usará la novia en las manos, la visten bailando, y el ramo y la corona es de flores blancas, no recuerdo cómo se llaman pero son pequeñas y con el centro muy amarillo. Y estas florecitas que te digo tienen solamente de 5 a 7 pétalos, por eso se las ponen a la novia para la suerte.

-Por cierto, ¿qué me puede decir de la música folklórica, ¿qué canciones tienen nombres de plantas?

-“El sauce y la palma” de Sinaloa, la “Flor de piña” de Oaxaca, hay unos huapangos que se llaman “La azucena” y “El Framboyán”…  

-Finalmente maestra, ¿por qué los trajes de México son tan floridos?

-Pues porque así es México, todas las flores y colores que están en sus trajes son de su flora.

Traje típico jalisciense. El traje femenino (portado por la Maestra Abigail) se caracteriza por su gran colorido.

Detalle del bordado del terno de la foto anterior. Nótese la variedad de flores.

Tocado de rosas para un terno yucateco.

Grupo de danza interpretando los sones jarochos de Veracruz. Notese la flores del mandil y el
tocado del traje femenino.

Traje típico femenino de Chiapas bordado de rosas.
Detalle del bordado del trajo típico chiapaneco mostrado en la foto anterior.
Detalle del bordado de rosas de un traje de tehuana (Istmo de Tehuantepec).

Grupo de danza folklórica interpretando los sones y jarabes nayaritas. En muchos bailes regionales las mujeres portan amplias faldas de telas estampadas con flores de múltiples colores, las que dan vitalidad al faldeo por más pequeñas que éstas sean, como en esta foto.