Cuando decidí crear un modo de vivir un poco más armonioso con la naturaleza, uno de los primeros cambios que pensé que estaba en mis manos, fue el generar menos basura, y ser una consumidora más consciente.
Esto me llevó a buscar modos de fabricar en casa los productos que utilizo diariamente, como una alternativa a comprar productos comerciales a grandes empresas, que están sobre-empacados y que generan una serie de impactos considerables al ambiente.
Barras de jabón hecho en casa.
Estoy segura de que muchos de los lectores de este blog se encuentran en el mismo camino, así que les quiero compartir una manera simple de fabricar su propio jabón en casa, con ingredientes y utensilios que seguramente ya tienen en su cocina.
Primero platiquemos un poco sobre la saponificación, que es un proceso por el cual, al someter ácidos grasos (aceites) a una sustancia muy alcalina (como cenizas o sosa caustica), se produce una sal de ácido graso, que es lo que conocemos como jabón.
Para hacer jabón se pueden utilizar diferentes sustancias alcalinas, como el hidróxido de sodio (sosa cáustica) o hidróxido de potasio. Incluso las cenizas han sido utilizadas desde la antigüedad con este fin. También se pueden usar diferentes fuentes de ácidos grasos, como las grasas animales o los aceites vegetales.
Jabón de Alepo, Siria, hecho con aceite de oliva y laurel Foto de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Aleppo_soap_01.jpg.
Lo más importante para hacer jabón es conocer las proporciones adecuadas de grasas y sustancias alcalinas, pues diferentes grasas necesitan diferentes cantidades de productos como la sosa caustica para crear una reacción de saponificación.
La receta que te presento ya contiene las proporciones correctas y genera un jabón tipo “neutro” sin aroma, y bastante humectante, por lo que es ideal para pieles sensibles.
Se utiliza como ingredientes principales sosa cáustica y aceites vegetales de 3 diferentes plantas:
Aceite de oliva: se extrae de las aceitunas que da el árbol de olivo Olea europaea. Es nuestro ingrediente graso principal y está en estado líquido a temperatura ambiente.
Aceite de coco: se extrae de la pulpa de los frutos de la palma cocotera Cocos nucifera. Puede estar en esta sólido a temperatura ambiente si el clima es templado o frío.
Manteca de karité: se extrae de los frutos del árbol Vitellaria paradoxa. Está en estado sólido a temperatura ambiente.
Ingredientes y cantidades:
96 g de sosa caustica en hojuelas o gránulos
260 g de agua filtrada o potable
560 g aceite de oliva
90 g aceite de coco
50 g manteca de karité. La encuentras en tiendas naturistas, farmacias especializadas o por internet.
Aditivos:
30g de arcilla blanca o caolinita de uso cosmético. Se puede conseguir en tiendas naturistas o por internet.
También puedes usar aceites esenciales para darles aroma a tus jabones, arcillas que ayudan a la exfoliación física de la piel, colorantes naturales o plantas secas para hacerlos más vistosos.
Materiales:
Una báscula
Recipientes de vidrio resistentes al calor o de acero inoxidable
Una batidora de inmersión o un globo de cocina para batir
Espátulas
Cucharas o algún utensilio para agitar
Un molde o moldes de silicón o de cualquier material, siempre y cuando se forre el interior con plástico (pueden ser envases de Tetrapak reutilizados o de cartón, por mencionar algún ejemplo)
Un cuchillo sin sierra
Precauciones
Es importante que en todo momento de la preparación se utilicen guantes, un delantal y lentes de protección.
Utiliza recipientes de acero inoxidable o vidrio, pues estos materiales no absorberán las sustancias con las que trabajaremos, y tampoco reaccionarán con ellas.
Evita plásticos, aluminio y materiales porosos como madera. Trabaja en un sitio bien ventilado, con ventanas y puertas abiertas.
Ten a la mano una solución a partes iguales de vinagre con agua, pues esta mezcla neutralizará la sosa cáustica en caso de que entre en contacto con tu piel.
Preparación
Paso 1.
Pesa todos los ingredientes por separado, en recipientes de vidrio o acero con una báscula.
Paso 2.
Con mucha precaución, incorpora poco a poco la sosa cáustica al agua, utiliza algún utensilio de vidrio o acero y revuelve constantemente hasta lograr que toda la sosa se disuelva.
Esta mezcla provoca una reacción exotérmica, es decir que se calentará mucho y rápidamente, por lo que debe ser un proceso cuidadoso.
Deja reposar la solución de sosa por ahora.
Paso 3.
En un baño maría pon a calentar el aceite de coco y la manteca de karité a fuego bajo, hasta que estén en estado líquido y retira la mezcla del calor.
Manteca de karité y aceite de coco en baño maría
Paso 4.
Incorpora el aceite de oliva a la mezcla líquida aceite de coco y manteca de karité y mezcla bien.
Para los siguientes pasos debes esperar a que la mezcla de aceites esté a una temperatura similar a la solución de sosa. Puedes utilizar un termómetro de cocina para verificar, o tocar el exterior de ambos recipientes.
Paso 5.
Incorpora la solución de sosa cáustica poco a poco a la mezcla de aceites mientras bates vigorosamente, ya sea con el globo de cocina o con la batidora de inmersión.
Si utilizas una batidora de inmersión, asegúrate de no accionar el interruptor de encendido hasta que estén bien sumergidas las aspas, para evitar salpicar.
Al agregar la solución de sosa, a la mezcla de aceites, puedes colar para evitar grumos
Asegúrate de tener tus guantes, delantal y lentes de protección puestos, pues esta mezcla es muy alcalina y puede irritar mucho la piel.
Paso 6.
Bate hasta que la mezcla espese y adquiera una consistencia parecida a la de masa para pastel o bizcocho.
Cambio de color de los aceites por saponificación.
Y en este momento agrega tus aditivos, en este caso, la arcilla blanca.
Paso 7.
Transfiere la mezcla a tu molde, empareja la superficie golpeando ligeramente el molde con la superficie de trabajo.
Tapa la mezcla con una servilleta o trapo muy delgado y deja reposar.
Paso 8.
Después de 24 horas si vives en un clima frío o de 48 horas si vives e un clima cálido, puedes desmoldar tu jabón cuidadosamente.
El jabón es aún muy suave en este momento, así que puedes cortarlo al tamaño de tu preferencia con facilidad.
Utiliza un cuchillo afilado sin sierra, o alguna espátula delgada.
Paso 9.
Coloca tus barras de jabón sobre cartón, papel o algún trapo de algodón delgado, mantenlas en un lugar ventilado, pero cúbrelos con el mismo trapo o algún material delgado y transpirable para que no se les pegue el polvo u otras partículas.
Listo!
Tu jabón está terminado, aunque aún no está listo para usarse.
En ese momento el pH del jabón es demasiado alto, por lo que puede lastimar tu piel, además de que su consistencia es demasiado suave.
Jabón desmoldado y cortado en barras
Tus barras de jabón deben reposar, y el tiempo que debe reposar un jabón de origen vegetal como el de esta receta, es mayor al de un jabón hecho con grasas de origen animal como cebo o manteca, aunque también depende del clima.
Te recomiendo que dejes reposar el jabón producto de esta receta un mínimo de 1 mes y medio. En este tiempo, el color de las barras se hará más claro, se reducirá su volumen y se harán mucho más duras.
Utiliza tus barras de jabón cuando observes estos cambios
Si te interesa el tema y quieres profundizar, te dejo unos links con más información:
Recorriendo los pasillos de una tienda comercial, observé los diferentes productos cosméticos que estaban exhibiendo. Recuerdo que en la clase de Botánica Económica nos hicieron la recomendación de revisar qué contienen los productos que utilizamos. Puse atención en algo que me llamó la atención: los componentes de un rimen, ya que contiene aceite de hueso de mamey.
Arbolito de Pouteria sapota (Foto: Ana M., con permiso).
El mamey, Pouteria sapota (Jacq.) H.E. Moore et Stearn, es un árbol frutal y ornamental, perenne, que pertenece a la familia Sapotaceae. Se encuentra en las regiones cálidas y húmedas de México. Sus hojas son color verde oscuro, brillosas y duras, colocadas en forma de abanico en las puntas de las ramas (Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana). Sus flores son solitarias, tienen un cáliz verde con numerosos sépalos obtusos.
Puesto de mamey.
Su nombre común varía de acuerdo a la localidad, se le conoce como “mamey colorado”, “zapote”, “zapote mamey”; en Oaxaca “ka’ ak pool”; en Puebla “lisuku haka” en totonaco, “chichiltzapot”, “cuauhzapot”, “jaca”, “jaka”; en Quintana Roo “choch” en maya.
Los frutos son bayas que llegan a medir 20 centímetros, de forma ovoide, con una cáscara rojiza y de textura áspera. El mesocarpio es carnoso y tiene un sabor dulce, de color naranja a rojizo.
Por todas estas propiedades de su pulpa, el mamey tiene una alta demanda. Es un alimento con muchas ventajas nutricionales y se integra a diversos postres como batidos, jaleas, helados, pastas y conservas (Beristain et al., 2006).
Batido de mamey.
Sin embargo, hay otra parte de esta fruta que tiene importancia porque produce un aceite interesante con usos alimenticios y cosméticos: la semilla. Es de color negro a café oscuro, grasosa y con un olor particular a almendra; un fruto puede tener entre 1 y 4 semillas (Morton, 1987). El embrión carece de endospermo, los dos cotiledones son desarrollados y oleaginosos.
En algunos estados como Morelos, Puebla y Tlaxcala, se le atribuye propiedades contra la caída de cabello, es el uso tradicional más común de esta planta. También forma espuma al jabonar y se usa para embellecer el cabello de las mujeres y contra la caspa (Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional). Otro usos que se le da son en la industria cosmética, en la ganadería y como una fuente alterna de biocombustible (Lino, 2018-2019). Finalmente, se usa en alimentos, como el conocido tejate.
Dadas estas propiedades, se utiliza el aceite de hueso de mamey en la cosmética natural, como suavizante e hidratante de la piel. Su contenido de carotenos le confiere la propiedad de captador de radicales libres (Gómez et al., 2012).
De forma tradicional se usa como materia prima para la elaboración de champú, acondicionador de cabello maltratado, reseco y sin cuerpo; para productos de belleza, mascarillas faciales y rimen para las pestañas.
Mascaras para pestañas con aceite de mamey.
El método empleado para obtener el aceite del hueso inicia con la recolección de la semilla; sigue el molido que facilita la liberación del aceite de su interior. Luego se acondiciona para que se genere una pasta que pasa por una prensa en la que se separa el aceite. Finalmente se filtra para que se retiren las impurezas del aceite y se enfría para ser almacenado (Tabio et al., 2017).
Entonces, con todos estos datos, podemos conocer acerca de las propiedades del aceite de mamey. Si quieren saber como obtener aceite dejo este vídeo de una forma casera de obtenerlo.
Lino A., M. B. y Lino A., M. I. (2018-2019). Obtención de aceite a partir de la semilla de zapote mamey (Pouteria sapota) para su uso como biocombustible. Tesis de grado. Universidad de Guayaquil, Facultad de Ingeniería Química. Guayaquil-Ecuador.
Morton, J. (1987). Fruits of warm climates. Autopublicado. Miami, FL.
Este fruto fue para mi un nuevo descubrimiento en el 2010. En verdad, yo desconocía que también crece en algunas partes de México. La primera vez que lo probé fue en el Caribe de Costa Rica. Me llamó tanto la atención porque en mi vida no había probado un fruto de ese sabor y apariencia.
El nombre científico de este fruto es Chrysophyllum cainito de la familia Sapotaceae. Esta especie crece en regiones tropicales y es nativa de Centroamérica. Se distribuye ampliamente en el pacifico de Guatemala.
El fruto es de forma redonda de color púrpura. La pulpa es de color blanco a purpura la parte mas cercana a la piel. Tiene una forma característica cuando la partes a la mitad, forma una figura en forma de estrella junto con los gajos que contienen las semillas. Es por eso que también se le conoce como fruta estrella o star apple.
La piel es rica en latex, contiene unas semillas color café de forma aplanada.
Corte transversal del caimito. Tomado de Wikipedia
Aparte de ser un fruto delicioso, se le ha atribuido propiedades medicinales, se ha utilizado como tratamiento para la diabetes mellitus y el reumatismo articular. Los cubanos utilizan la decocción de las hojas como remedio para el cáncer. En Brasil, el látex del árbol se aplica en abscesos y, cuando seco y en polvo, se da como un potente vermífugo.
Algunos artículos sobre sus propiedades medicinales:
Koffi N., Ernest A. K., Marie-Solagne T., Beugre K. y Noël Z. G. (2009). Effect of aqueous extract of Chrysophyllum cainito leaves on the glycaemia of diabetic rabbits. African Journal of Pharmacy
and Pharmacology 3:501-506.
Rico-Gray V. Chemas A. y Mandujano S. (1991).Uses of tropical deciduous forest species by the Yucatecan Maya. Agroforestry Systems 14: 149-161.
Xiao-Dong L., Basile M. y Kennely E. (2002). Polyphenolic antioxidants from the fruits of Chrysophyllum cainito L. (Star Apple). J. Agric. Food Chem. 50: 1379-1382.
Puedes consultar mas información sobre esta especie en: