Llega el mes de febrero, y con ello llega la temporada de arrayán en Tejupilco, Estado de México. La realidad es que los frutos han comenzado a madurar desde mediados de enero; en medio del frío del invierno. Pero ha sido en estas fechas que hemos decidido recolectar la fruta de uno de los árboles que está en la orilla del potrero.
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Frutos de arrayán
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El arrayán o guayabillo (Psidium sartorianum) es un árbol que puede llegar a los 30 m de altura, aunque también puede aparecer en forma de arbusto. Da frutos pequeños de 1 a 2 cm, muy similares a una guayaba pequeña, pues ambos perteneces a la misma familia y el mismo género: Myrtaceae y Psidium. Es ampliamente distribuida en el trópico mexicano.
Es una especie que tiene una finalidad frutal. Sus frutos se pueden comer en fresco después de lavarlos o preparar con ellos mermeladas, aguas, helados, paletas de hielo, pulpa o como nosotros, para disipar el frío después de la recolecta: en un delicioso atole.
Te paso la receta.
Ingredientes
- 250 a 300 g de arrayán maduro
- 3 piloncillos grandes (732 g)
- 1/2 kg de masa de maíz
- 1 raja de canela
- 6 a 8 L de agua
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Ingredientes. A la izquierda la masa diluida con agua. En el centro dos piloncillos y canela. A la derecha los arrayanes sin semilla.
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Preparación
1) Lavar bien los frutos.
2) Sacarle la semilla a cada fruto. Puedes hacerlo presionándolos firmemente.
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Sacando la semilla a los arrayanes ya lavados.
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3) Poner a hervir el agua una olla. Mientras tanto, diluir la masa con un poco de agua, hasta que quede sin grumos.
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Agua de la olla soltando el primer hervor.
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4) Una vez que el agua esté hirviendo, agregar la masa diluida y mover constantemente para evitar que se pegue. Hacerlo hasta que nuevamente suelte el hervor.
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Verter la masa diluida en el agua hirviendo.
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5) Dejarlo hervir durante 10 minutos.
5) Agregar el piloncillo, la canela y el arrayán. Mover de manera constante.
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Agregando canela.
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| Poniendo el piloncillo. |
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Agregar los arrayanes, a la olla
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6) Cuando vuelva a soltar el hervor, dejarlo nuevamente de 10 a 15 minutos ¡A FUEGO BAJO!
7) Pasado ese tiempo, apagar el fuego.
8) Servir a gusto.
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Servirlo caliente o frío, según el gusto de cada quien.
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Cascara de arrayán aún flotando en el atole
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Si tienes la oportunidad de recolectar arrayanes o encontrarlos en el mercado de tu ciudad, no dudes en aprovechar la ocasión. Es una excelente y deliciosa forma de ahuyentar el frío y saciar el hambre.
¡A DISFRUTAR!
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Taza de atole, al lado de los arrayanes del que fue hecho.
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