miércoles, 5 de junio de 2024

Arrayán, regalo de la selva baja... ¡Y de los climas de transición de Tejupilco!

En cada oportunidad viajamos a Tejupilco, municipio del Estado de México, manejando por las carreteras de la sierra del estado, hasta llegar al paisaje de los pinos y encinos entre los que se encuentra el pueblo de mi papá. Pero entre los meses de enero y marzo, hay un paisaje más especial a la vista: las copas de algunos árboles comienzan a exhibir un bello color amarillo conforme los frutos del arrayán van madurando. 


Frutos maduros de arrayán.

El arrayán (Psidium sartorianum) es un árbol que puede llegar a medir hasta 30 m de altura o puede quedarse como un arbusto de un poco más de 3 m. Su corteza es de colores claros a grisáceos; se desprende y da un efecto de mosaico, similar a la guayaba, pues ambos pertenecen a la familia Myrtaceae

Altura de un árbol de arrayán, comparada con un joven de 1.70 m de altura.

Da frutos pequeños de 1 a 2 cm, muy similares a una guayaba diminuta, de color verde cuando están inmaduros y que con el tiempo cambian a un color amarillo claro. Los frutos apenas madurados tienen un sabor ligeramente amargo que se cambia a dulce en los que maduraron un poco más. 

Este árbol suele crecer en diferentes climas, especialmente en las selvas y climas cálidos; pero también puede hacerlo plenamente en climas de transición un poco más frescos. Ejemplo son los bosques templados del municipio de Tejupilco de Hidalgo que se localizan en las partes altas; la cabecera municipal se encuentra en el paisaje de la selva baja caducifolia. 

Árbol silvestre de arrayán en un bosque de pino.

Aunque en otros estados, como Nayarit, es un cultivo, en la región de la sierra del estado de México es una especie que crece de forma silvestre; puede verse cerca o entre los pinos o en las orillas de los caminos. También se puede dar de forma semisilvestre en parcelas para pastoreo del ganado, además es usado como un cerco vivo y forma parte de los huertos familiares.

Las personas que poseen el arrayán en sus huertos, cercos o parcelas, colocan sabanas o telas en el suelo para atrapar los frutos, mientras sacuden el árbol empleando ganchos de otate o las manos para hacerlos caer. Se suelen colectar a manos aquellos frutos que ya han caído del árbol, que suelen ser los de sabor más dulce, para un consumo inmediato. 

Joven colectando los arrayanes maduros que cayeron la noche anterior.

Personas colectado arrayanes de un árbol de tras patio.

También se aprovecha con fines comerciales. Hay personas que cosechan el arrayán a mayor escala para su venta a los mercados regionales y la cabecera municipal. Se usan lonas de buenas dimensiones, y ganchos más largos para llegar a los arrayanes que están más alto, cerca de las copas. Pueden ser sus propios árboles o pagan a los dueños de los predios por el permiso de poder cosecharlos. 

Colecta de arrayán con fines comerciales.

Los frutos se pueden comer en fresco después de lavarlos o preparar con ellos mermeladas, aguas, helados, paletas de hielo, pulpa, atoles. El árbol también puede ser usado como medicinal, al igual que se usa la guayaba. 

Las personas protegen y cuidan los arrayanes, pues, aunque no están domesticados, son fuente de frutos y de ingresos secundarios, dan sombra y sirven como cercos vivos para delimitar los terrenos, como madera para la construcción cuando mueren y como ornamentales.  

Fruto "pinto" de arrayán. Suelen tener un sabor más "sazonado".

Se cuidan y construyen cercos a los árboles más jóvenes en las parcelas para que el ganado no los lastime y se les quitan las plantas que les puedan hacer competencia o daño, como las tillandsias y bromelias que en los últimos años se han convertido en un problema para el cuidado de los arrayanes. Son árboles quisquillosos y no reaccionan bien a las podas, por lo que no se les lastima en lo posible durante la cosecha ni como labor cultural. 

Joven aprovecha la cosecha para retirar las bromelias de las ramas a su alcance.

Árbol joven de arrayán cubierto de bromelias.

Si tienes la oportunidad de visitar el municipio en la época del arrayán, no olvides comprar una sardina de ellos, un delicioso helado o una refrescante agua de sus frutos. 

Puesto de frutas vendiendo arrayán, en el centro de Tejupilco.

¡NO TE ARREPENTIRAS DE PROBARLO! 

 

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Más referencias:

Camacho-Hernández, I. L., Cisneros-Rodrıguez, C., Uribe-Beltrán, M. J., Rıos-Morgan, A., & Delgado-Vargas, F. (2004). Antifungal activity of fruit pulp extract from Psidium sartorianum. Fitoterapia, 75(3-4), 401-404.

Delgado-Vargas, F., Díaz-Camacho, S. P., Salazar-Zamora, G., Uribe-Beltrán, M. J., & Vega-Aviña, R. (2006). Psidium sartorianum (O. Berg) Nied., an indigenous plant to México, from biology to biological activity. Capítulo 4 en: JN Govil, VK Singh, C Arunachalam (eds). In Search for Natural Drugs, Volume 13, pp. 81-114.

Pío-León, J. F., Díaz-Camacho, S. P., López-López, M. A., Uribe-Beltrán, M de J., Willms, K., López-Angulo, G., Montes-Ávila, J. & Delgado-Vargas, F. (2013). Actividad antibacteriana de extractos de frutos de nanchi (Byrsonima crassifolia (L.) Kunth), arrayán (Psidium sartorianum (O. Berg) Nied.) y ayale (Crescentia alata Kunth). Boletín Latinoamericano y del Caribe de Plantas Medicinales y Aromáticas, 12(4), 356-364.

Rebollar Rebollar, S., Rubí Arriaga, M., & González Razo, F. de J. (2013). Producción y comercialización de Psidium sartorianum O. Berg Nied en el sur del Estado de México. Revista Mexicana de Agronegocios, 33, 514-526.

Valera-Montero, L. L., Enríquez-Nava, S., Silos-Espino, H., Padilla-Ramírez, J. S., Perales Segovia, C., & Flores-Benítez, S. (2018). Physicochemical properties of guayabilla (Psidium guineense), myrtle (Psidium sartorianum) and guava (Psidium guajava). Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas, 9(6), 1099-1108.


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