Quien haya viajado a esta ciudad observó a su llegada los cultivos de piña. Y si su arribo fue de madrugada, también pudo darse cuenta de que esta ciudad despierta antes que el sol salga. Desde las cuatro de la mañana hay hombres en las calles ¿Porque razón? Para ir a cosechar piña. Si bien es un trabajo muy pesado para el cuerpo, cabe señalar que la cosecha de la piña no es una actividad meramente masculina. El pago no es alto, alrededor de 200-300 pesos por jornada.
Cuando viajé a Villa Isla Veracruz, en busca de fotos para este blog, entrevisté a una mujer que dedica parte de su tiempo a la cosecha de este fruto; su nombre es Oneira. Ella refiere que los métodos utilizados son tres: con una "bolsa", con un "ponite" y por medio de una banda mecánica.
El primer método, también llamado "choncho", consiste en apilar las piñas en una especie de bolsa que se cuelga en el la espalda y que cruza en el pecho. Comentó que se pueden apilar hasta treinta piñas. Una vez que se tienen todas las piñas que pueden cargar, éstas se llevan al camión, donde una persona se encarga de estibarlas.
El segundo método es el del "ponite". Esta canasta tiene una asa, que se coloca en la frente. El ponite es cargado entonces con la frente y la espalda. Con este método, al igual que el primero se llena el ponite y se lleva hasta el camión para estibar las piñas.
El ultimo método es el de la banda. Ésta se coloca entre el cultivo; los que están cosechando van poniendo las piñas en la banda. En este caso se pueden observar mas mujeres cosechando piñas, que en los dos métodos descritos anteriormente. Cuando se utiliza la banda, el esfuerzo humano para cargar las piñas es menor, debido a que la banda es quien transporta las piñas hasta el camión.
Banda para la recolecta de piña, en Villa Isla Veracruz(Foto: Oneira) |
Banda para la recolecta de piña, en Villa Isla Veracruz(Foto: Oneira) |
Las piñas cosechadas, de acuerdo con Oneira, deben de tener ciertos atributos. Cuando los trabajadores llegan al campo, les dicen qué tipo de piña deben de cosechar. Las características a tomar en cuenta son el color y "calibre" de la piña. En cuanto al color, existen tres distintos: el verde, el matizado (cuando se observan color verde y amarillo) y el amarillo. El calibre va de 1-9 según el peso de la piña.
Durante el recorrido encontré plantas en floración y con frutos. Antes de hacer la descripción de lo que observé, permitanme comentarles que la piña Ananas comosus (L.) Merr. pertenece a la familia Bromeliaceae. De las 2, 700 especies conocidas para esta familia, la piña es la única especie que se cultiva a gran escala para alimento humano (Garcia y Serrano, 2005). La inflorescencia de la piña es una espiga con brácteas apretadas de color rojo o verde. Son muy vistosas y contienen 100 o mas flores fusionadas.
Después de entrevistar a Oneira, continué con mi visita por los cultivos de piña. Cabe señalar que la piña no es nativa de nuestro país, es originaria de Sudamérica (Brasil, Paraguay y Venezuela). Pero, en las zonas tropicales de México encontró un hábitat ideal para su establecimiento y reproducción, obteniéndose frutos dulces y de buen tamaño.
Al menos eso parecía cuando se inicio el cultivo, debido a que la tierra era muy fértil. En Loma Bonita, Oaxaca, alrededor de los años 50´s la piña tuvo su apogeo, pero actualmente los productores se enfrentan a diversos problemas: plagas, mayores requerimientos de químicos y abonos, competencia internacional, etc. Los cultivos pueden ser en pequeña escala, hasta grandes plantíos. El cultivo de piña en las zonas tropicales esta ampliamente extendido a nivel mundial y hay mucha información al respecto.
Continuando con la visita en el cultivo me encontré con frutos muy particulares. Observé algunos defectos, como coronas múltiples y en algunos casos cambios severas. Entonces me di a la tarea de investigar porque ocurrían estos defectos. Llegue al Colegio de Postgraduados campus Montecillo y me dirigí al departamento de fruticultura. Me atendió la Dra Maria Alejandra Gutierrez Espinosa y me dió el correo de un investigador experto en el cultivo de piña del INIFAP, el Dr Andres Rebolledo Martinez. Él me comento que estas deformaciones son comunes, lo que pude constatar en mi visita a Villa Isla. Menciona que las malformaciones están asociadas al ambiente: deficiencias de boro, altas temperaturas al momento de la diferenciación floral, entre otras.
Con esta información, y con los antecedentes que tengo acerca del bosque tropical, que fue lo que alguna vez domino estos paisajes (Challenger, 1998, pensé que al eliminar la vegetación original, el suelo y lo que ahí se encuentra quedó expuesto a las altas temperaturas. Las regiones de los bosque tropicales no son aptos para los monocultivos: lo que acabo de mencionar solo es uno de los problemas a los que se han tenido que enfrentar los productores de diversas plantaciones.
En cambio, el sistema tradicional de roza-tumba y quema, practicado por los pueblos originarios desde tiempos inmemoriales, que combina periodos cortos de actividad agrícola con periodos largos de descanso (barbecho), para permitir la recuperación de los suelos, resulta ser la opción mas apropiada para evitar el deterioro de los frágiles suelos del trópico (Toledo et al. 1993).
Entonces fue inevitable preguntarme ¿Porque en vez de monocultivos no se implementan sistemas agrosilvopastoriles? Ahora tal vez ustedes se pregunten ¿porque sistemas agrosilvopastoriles? Estos sistemas son muy parecidos a los sistemas que utilizan los pueblos originarios como una alternativa eficaz para mantener cultivos, arboles y animales (silvestres o domésticos), en un mismo espacio, obteniendo varios beneficios. En el caso del cultivo de piña, tener arboles que atenúen la luz y la temperatura, entre otros muchos beneficios, podría ser de ayuda para el sano crecimiento de los frutos. Sin duda, hay que voltear la vista a este "nuevo" enfoque. Nuevo para los científicos occidentales, pero probado durante milenios, y con mucho éxito, por los pueblos originarios. Quizás los productores de piña puedan vislumbrar un mejor futuro poniendo en practica un sistema diferente al monocultivo.
Referencias bibliográficas
Challenger, A. 1998. Utilización y conservación de los ecosistemas terrestres de México: pasado, presente y futuro. Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad, Instituto de Biología de la UNAM y agrupación Sierra Madre S.C. México. 847 pp.
Garcia, D y H. Serrano. 2005. La piña Ananas comosus (L.) Merr (Bromeliaceae) algo mas que un fruto dulce y jugoso. ContactoS. 56:55-61.
Toledo, V; J. Carabias; C. Mapes y C. Toledo. 1993. Ecología y Autosuficiencia Alimentaria. Siglo XXI Editores. México. 108 pp.
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