¿Ustedes leen las etiquetas de los ingredientes de los alimentos? Yo sí, sobre todo cuando tengo que decidirme entre varias marcas o cuando compro algún producto alimenticio por primera vez. La regla general (para mí) es: más larga la lista, menos deseable el producto, ya que suele ser más procesado.
Los productores de alimentos empacados nos tienen que informar sobre los ingredientes del producto, y la contribución a la alimentación en porcentajes de algunos componentes, como contenido energético, sal, grasa y algunos nutrientes, la dirección del procesador y algunos otros detalles. Todo bien y necesario.
Pero, ¿no tenemos interés y derecho de saber más? ¿Por ejemplo, sobre las condiciones bajo las cuales se produjeron los alimentos? Sí hay gente que le gustaría votar con el bolsillo. Y el tema cobró importancia últimamente por la discusión que se da a nivel mundial si el consumidor tiene derecho de saber (y con esto la posibilidad de boicotear o preferir) productos que contienen organismos genéticamente modificados.
Claro, no queremos leer un tratado de 20 cuartillas cada vez que consideramos una compra. Lo que necesitamos es un resumen.
Cuáles son los elementos de interés? Un blogger de la New York Times, Mark Bittman, se dió la tarea de pensar en las posibilidades. En colaboración con unos diseñadores desarrolló una etiqueta que considera varios elementos. Tres de ellos tienen una escala de 1 a 5: nutrición, grado de procesamiento ("foodness") y bienestar. Estos se combinan en una cifra de 3 a 15 y se representa con los colores de un semáforo: verde por un puntaje alto, amarillo por uno medio y rojo por uno bajo. Además informa si tiene o no tiene ingredientes de organismos genéticamente modificados.
La escala de nutrición básicamente resume lo que ya dice la etiqueta sobre los componentes. El grado de procesamiento daría una calificación alta a una fruta o verdura fresca o congelada, y una baja, digamos, a un dulce de azucar con colorantes artificiales. La escala de bienestar integra el trato al suelo, al agua, al aire, de los trabajadores del campo, de los animales, el uso de agroquímicos o antibióticos, la huella de carbon, etc.
Aquí está una ilustración:
Si quieren leer el artículo original, aquí está; y aquí pueden leer más, incluyendo algunos ejemplos sobre cómo se calificarían los diferentes escalas. Y esto no es la única iniciativa sobre etiquetas más informativas.
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